El perro y la ostra
Había una vez un perro al que le gustaban mucho los huevos. Visitaba el gallinero muy a menudo de tal forma que se volvió tan codicioso que se tragó los huevos enteros. Un día, el perro bajó a la orilla del mar. Allí espió una ostra. En un abrir y cerrar de ojos, la ostra descansaba en el estómago del perro, su caparazón y todo… El Perro después de comerse enteras las ostras tuvo muchos dolores, como puedes adivinar. «Aprendí que todas las cosas redondas no son huevos», dijo gimiendo. Actúa apresuradamente y te arrepentirás, y a menudo con dolor. Más Fábulas… Copy linkLa Gallina de los Huevos de Oro … Read more