Poesía

Carmen Conde

Llamando al hijo Cuando tu me llamas todos los pájaros cantan; la mar y sus caracolas al corazon lo levantan. Cuando tú me llamas el cuerpo se sobresalta: que es un romero sin sed y no necesita el agua. Cuando tú no me llamas la vida se me desgana. Se convierte en un erial que ya no produce nada. Pero, mi niño es tan débil… Le dije a la luz: no quiero que la noche me persiga. Y la luz me contestó: lo imposible, no lo pidas. Quiero que todos me vean porque estoy desconsolada; el amor que era mi vida, la noche siempre lo apaga. Ya no vendrá por … Read more

Ramón de Campoamor

Los padres y los hijos Un enjambre de pájaros metidos en jaula de metal guardó un cabrero y a cuidarlos voló desde el otero la pareja de padres afligidos. -Si aquí -dijo el pastor-, vienen unidos sus hijos a cuidar con tanto esmero, ver cómo cuidan a los padres quiero los hijos por amor y agradecidos-. Deja entre redes la pareja envuelta, la puerta abre el pastor del duro alambre, cierra a los padres, y a los hijos suelta. Huyó de los hijuelos el enjambre, y como en vano se esperó su vuelta, mató a los padres el dolor y el hambre.   Los hijos y los padres Ni arrastrada … Read more

Francisco de Quevedo

Poderoso Caballero Poderoso caballero es don Dinero. Madre, yo al oro me humillo; él es mi amante y mi amado, pues, de puro enamorado, de contino anda amarillo: que, pues, doblón o sencillo, hace todo cuanto quiero, Poderoso caballero es don Dinero. Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña; viene a morir en España y es en Génova enterrado. Y pues quien le trae al lado es hermoso, aunque sea fiero, Poderoso caballero es don Dinero. Es galán y es como un oro, tiene quebrado el color, persona de gran valor, tan cristiano como moro; pues que da y quita el decoro y quebranta cualquier fuero, Poderoso … Read more

Antonio Machado

LAS MOSCAS Vosotras, las familiares, inevitables golosas, vosotras, moscas vulgares, me evocáis todas las cosas. ¡Oh, viejas moscas voraces como abejas en abril, viejas moscas pertinaces sobre mi calva infantil! ¡ Moscas del primer hastío en el salón familiar, las claras tardes de estío en que yo empecé a soñar! Y en la aborrecida escuela, raudas moscas divertidas, perseguidas por amor de lo que vuela, -que todo es volar-, sonoras rebotando en los cristales en los días otoñales… Moscas de todas las horas, de infancia y adolescencia, de mi juventud dorada; de esta segunda inocencia, que da en no creer en nada, de siempre… Moscas vulgares, que de puro familiares … Read more

Gabriela Mistral

LA MAESTRA RURAL A Federico de Onís. La maestra era pura. «Los suaves hortelanos», decía, «de este predio, que es predio de Jesús, han de conservar puros los ojos y las manos, guardar claros sus óleos, para dar clara luz». La maestra era pobre. Su reino no es humano. (Así en el doloroso sembrador de Israel.) Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano y era todo su espíritu un inmenso joyel! La maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida! Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad. Por sobre la sandalia rota y enrojecida, era ella la insigne flor de su santidad. ¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso, … Read more

Rafael Alberti

PREGÓN ¡Vendo nubes de colores: las redondas, coloradas, para endulzar los calores! ¡Vendo los cirros morados y rosas, las alboradas, los crepúsculos dorados! ¡El amarillo lucero, cogido a la verde rama del celeste duraznero! ¡Vendo la nieve, la llama y el canto del pregonero!   EL MAR, LA MAR El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar? En sueños, la marejada me tira del corazón. Se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá?     SE EQUIVOCÓ LA PALOMA   Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir al norte, fue al sur. … Read more

Lope de Vega

Un soneto me manda hacer Violante; en mi vida me he visto en tal aprieto, catorce versos dicen que es soneto, burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante y estoy a la mitad de otro cuarteto; mas si me veo en el primer terceto, no hay cosa en los cuartetos que me espante. Por el primer terceto voy entrando, y aún parece que entré con pie derecho, pues fin con este verso le voy dando. Ya estoy en el segundo, y aún sospecho que estoy los trece versos acabando: contad si son catorce, y está hecho.   SERVIR A BUENOS ¡Oh lágrimas de amor, dulce … Read more