Un león, desgastado con los años e impotente ante su enfermedad, yace en la tierra a punto de muerte.
Un jabalí se precipitó sobre él, y vengó con un golpe de sus colmillos una herida mucho tiempo atrás recibida.
Poco después el toro con sus cuernos lo corneó como a un enemigo.
Cuando el asno vio que la bestia enorme podría ser atacada impunemente, él lo pateó en su frente con sus talones.
El León, que expiraba dijo:
-He tolerado de mala gana los insultos de los valientes, pero ser obligado a soportar tal tratamiento de ti, que eres una desgracia de la Naturaleza, es en efecto sufrir una doble muerte.-
Nada molesta más a los poderosos que ser humillados por los débiles.