¿Qué hacer si su hijo no le presta atención?

Cuando su hijo no le hace caso

Le pides a tu hijo que haga algo. Ellos se niegan. Lo indicas muy bien. Todavía se niegan. Levantas un poco la voz para que sepan que estás hablando en serio. Y se niegan, otra vez. Intentas «sobornarlos». Y obtienes la misma reacción. Finalmente  intentas una técnica de disciplina diferente. Y aún se niegan, con la ventaja añadida de que ahora  están en una rabieta sollozante.

¿Suena familiar?

Un enfoque más útil es algo que se llama disciplina suave, que es el uso de la conexión emocional, no del castigo, para criar niños seguros y capaces .

La disciplina suave se centra en enseñar y aprender en lugar de castigar a sus hijos. Se enfoca en tener expectativas realistas, apropiadas para la edad y trabajar con sus niños. Se centra en ser paciente, compasivo y atento. Se enfoca en establecer límites e inspirar a sus hijos a «ser mejores y hacerlo mejor, mientras usted trabaja para ser un ejemplo para ellos».

 

A continuación, se exponen cinco valiosos consejos del  sobre qué hacer cuando sus hijos no escuchan.

 

1.- Dile a tu hijo lo que quieres que haga. Uno de los errores más grandes que cometen los padres es darles órdenes negativas a sus hijos, como «¡deja de correr!» Y «¡no toques eso!». Es obvio para ellos lo que deben hacer en lugar de no correr. Pero , “si no quieres que corran, ¿qué deberían hacer? ¿Deben saltar? ¿Saltar? ¿Salto? ¿Gatear? ¿Volar? ¿Quedarse quieto? ”.

2.- Mantenga las órdenes claras y concisas. Es difícil para los niños seguir una serie de instrucciones. Para comunicarse a su nivel de desarrollo, déle a su hijo solo una indicación a la vez para que se concentre. Por ejemplo, decir: «Por favor, ve a por  tus zapatos». Luego, cuando su hijo regrese, diga: «Por favor, ponte los zapatos».

3.- Hazlo divertido.  Jugando es cómo los niños aprenden, se conectan, se unen y se comunican. Por eso nuestras peticiones deben ser   divertidas, en un juego, una carrera, una canción, especialmente si sus hijos ya están absortos en algún otro tipo de juego.

Por ejemplo, para guardar los juguetes, conviértalos en un ‘objetivo’ y tire los juguetes (¡los blandos!)  la meta será llevarlos hasta la caja de juguetes. Cuente sus metas y vea si puede superar su puntuación del día anterior. Para encontrar sus zapatos, dígales a sus hijos que se imaginen que están en una expedición, “en busca de un monstruo de zapatos con manchas menores”.

4.- Empatizar. Tendemos a hablar con nuestros hijos de una manera que no nos gustaría que nos hablasen a nosotros. Es decir, ¿cómo te sentirías si alguien te pidiera que dejes de hacer lo que estás haciendo, algo que fue muy divertido e importante para ti, que hicieras otra cosa (que tampoco parecía que fuera así)?

5.- Hágase estas tres preguntas. Para adoptar un enfoque consciente para cualquier problema de crianza, podemos hacernos estas tres preguntas:

a. ¿Por qué mi hijo se comporta de esta manera? Por ejemplo, tal vez se sienten abrumados o no tienen las habilidades de comunicación para expresarse. O tal vez en realidad están actuando de una manera apropiada para su edad.
b. ¿Cómo se siente mi hijo? Busque la razón subyacente detrás de su comportamiento. Tal vez estén tristes o asustados. Tal vez estén anhelando tu atención.
c. ¿Qué estoy tratando de enseñarle a mi hijo cuando lo disciplino? Tal vez usted quiera ayudarlos a controlar sus emociones o lograr una buena higiene del sueño o entender que hacer las tareas domésticas es parte de la vida en familia.

 

En última instancia, ya sea que nuestros hijos no nos escuchen o estén luchando con algún otro problema de comportamiento, una de las mejores cosas que podemos hacer es empatizar con ellos. Después de todo, como adultos, sabemos que no hay nada mejor que tener a alguien que nos escuche y trate de entender de dónde venimos.


Referencias bibliográficas

DISCIPLINA SIN LAGRIMAS

Una guía imprescindible para orientar y alimentar el desarrollo mental de tu hijo.

Por los autores del best seller internacional El cerebro del niño.

Los autores de El cerebro del niño, Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson, analizan, en esta ocasión, el desafío primordial en la educación de los hijos: la disciplina.


 

DISCIPLINA POSITIVA DE LA A A LA Z


 

DISCIPLINA POSITIVA PARA PREESCOLARES

Educar a niños pequeños es una de las tareas más complicadas a las que un adulto se enfrenta. Habrá momentos de frustración, enfado e incluso desesperación. Y surgirán preguntas: ¿Por qué me miente deliberadamente mi hijo de cuatro años? ¿Por qué no me escucha mi hijo de tres años? ¿Debería darle un cachete cuando me desobedece? A lo largo de los años, millones de padres como usted han confiado en la serie «Disciplina Positiva» y el sentido común en que se basa.


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