[vc_row][vc_column][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column css=».vc_custom_1502529981371{margin-top: 0px !important;padding-top: 0px !important;padding-right: 35px !important;}» offset=»vc_col-lg-9 vc_col-md-12″][vc_column_text]El pacto se hizo entre el astuto zorro y el águila. Se decidió que el águila volará y rastreará las presas que duermen en su casa, mientras que el zorro vendrá y las matará. Las carnes serán compartidas igualmente entre los dos. Ahora y de esta manera, sería más fácil para ambos tener una dieta saludable todos los días hasta que el zorro pensó…, yo necesito tener más participación, ya que soy yo quien está haciendo más esfuerzos para matar a las presas.
La próxima vez, cuando el águila rastreó a una presa, el zorro se negó a matar y le pidió al águila que primero le prometiera que sería feliz con cualquier cosa que el zorro le dé. El águila aceptó de mala gana. De aquí en adelante, siempre que una presa era atrapada, el zorro solía tener toda la carne y dejaba muy poco para el águila.
El águila insatisfecha ahora planeaba dar una lección al zorro. Un día vio una trampa, hecha por cazadores furtivos para atrapar elefantes. La zanja de 5m de profundidad estaba cubierta de pastos. El águila, como de costumbre, se acercó al zorro y dijo que había 3 conejos gordos durmiendo bajo la hierba. El zorro con su boca «hecha agua» se precipitó hacia dicho lugar y cayó en la zanja.
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column el_class=»sidebar» css=».vc_custom_1502529975397{margin-top: 35px !important;margin-bottom: -35px !important;padding-right: 15px !important;padding-left: 15px !important;}» offset=»vc_col-lg-3 vc_col-md-12″][vc_widget_sidebar sidebar_id=»sidebar1″][/vc_column][/vc_row]