Esta dinámica resulta beneficiosa especialmente para aquello que hay que aprender de memoria o para las oraciones comunes.
También pueden prepararse preguntas de respuesta breve, a juicio del profesor.
Los niños se sientan en semicírculo. En un extremo está la cabeza y en otro la cola.
La primera pregunta se le dirige al niño de la cabeza, si responde bien se queda ahí, pero si no sabe, se le pregunta al segundo y a los que siguen, hasta que alguno responda bien.
Cuando eso sucede, el que respondió bien sube al puesto del primero que recibió la pregunta y todos se corren un puesto hacia la cola.
Se siguen haciendo preguntas y así los niños pueden conservar el puesto, subir o bajar.
Esta dinámica permite al profesor detectar quiénes son los que generalmente se quedan cerca de la cola, o sea los que saben menos, los distraídos, los que tienen dificultad para aprender.
Al darse cuenta, hay que tomar a estos niños durante un tiempo extra para buscar la forma de afianzar en ellos el conocimiento.