Una gaviota encerrada en una jaula se jactaba del gran número de crías que había incubado. Un cuervo que la oyó, le dijo:
–Mi buena amiga, deja esa jactancia intempestiva. Entre más grande el número de tu familia, mayor será tu pena, en vista de que más de los tuyos permanecerán encerrados en esta casa de prisión.–
Si no hemos previsto las consecuencias de nuestros actos, no nos vanagloriemos de ellos.