Los Tres Cerditos y el Lobo

[vc_row][vc_column css=».vc_custom_1502529981371{margin-top: 0px !important;padding-top: 0px !important;padding-right: 35px !important;}» offset=»vc_col-lg-9 vc_col-md-12″][vc_column_text]cuentos infantilesErase una vez, un buen día, tres cerditos salieron a dar un paseo por el campo a buscarse la vida.
Por el camino se encontraron con un hombre que llevaba un carro de paja.

Uno de los cerditos le pregunto al hombre:
-¿Me puede dar usted un poco de paja para construirme una casa?.
-Pero con la paja le saldrá una casa muy endeble, le dijo el hombre.
-No importa, pero tardaré muy poco en construirla.

El cerdito se hizo una casita de paja y tardó muy poco tiempo en construirla, luego entro en la casa y se echo a descansar.

Por la noche llegó un lobo y toco en la puerta:
-¡abreme la puerta!, dijo el lobo
-No que me quieres comer, dijo el cerdito.
-Entonces soplaré y soplaré y la casa derribaré.

El lobo dió un fuerte soplido y la casa se cayó.
De un solo bocado, el lobo se comió al cerdito que había construido su casita con paja.
-¡que rico estaba!, dijo el lobo mientras se relamía.

 

El segundo cerdito encontró a un hombre que llevaba un carro de palos y le pregunto:
-¿Me podría usted dar unos palos para construirme una casa?
-Pero con los palos te saldrá una casa muy poco resistente, le contestó el hombre.
-No me importa mucho, al menos tardaré muy poco tiempo en construirla.

En muy poco tiempo, el segundo cerdito se construyó su casa de palos y se echo a descansar.
Por la noche alguien llamó a la puerta.
-Toc toc.
-No puedes entrar Sr. Lobo porque seguro que me quieres comer.
-Si no me abres, soplaré y soplaré y la casa derribaré, dijo el lobo.
Esta vez el lobo necesito varios soplidos muy fuertes, pero al final la casa también se cayo al suelo.
De un salto, el lobo se comió al segundo cerdito en un momento.
-¡que rico estaba este cerdito también!, pero tengo más hambre aun.

El tercer cerdito que era el más listo, se encontró por el camino a un muchacho que llevaba un carro de ladrillos y le pregunto:
-¿Puede usted darme unos ladrillos para construirme una casa?
-Si, pero te costará mucho trabajo hacer tu casa, dijo el muchacho.
-No me importa, al menos será muy fuerte y resistente.

El tercer cerdito tardó mucho más tiempo que los otros en construir su casa, pero al final hizo una casita que era muy fuerte y resistente.

Por la noche se escucho que alguien llamaba a la puerta:
-Toc, toc.
-Abreme la puerta, dijo el lobo.
-No te habro que quieres comerme como a mis otros amigos.
-Entonces soplaré y soplaré y la casa derribaré.
-Inténtalo si puedes, le dijo el tercer cerdito.

El lobo sopló muy fuerte, pero como la casa era muy resistente no ocurrió nada.

 

Entonces el lobo pensó que podía entrar por la chimenea para comerse al cerdito.

Como este era el más listo de los amigos, había encendido el fuego de la chimenea y cuando el lobo bajo se quemó y no pudo comérselo.

El tercer cerdito abrió la barriga del lobo y saco de dentro a sus dos amigos que estaban atrapados.

Los tres amigos hicieron una fiesta para celebrar que otra vez estaban todos juntos.

 

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