La disgrafía es una dificultad específica en la escritura que va más allá de una “letra fea”. Los niños con disgrafía presentan problemas para trazar, organizar y automatizar la escritura, lo que impacta en su rendimiento académico y autoestima. Con paciencia, apoyos y estrategias adecuadas, es posible ayudarles a avanzar.
🖊️ ¿Qué es exactamente la disgrafía?
Se trata de una alteración que afecta la motricidad fina y la coordinación necesaria para escribir. Los niños con disgrafía pueden:
- Tener letra poco clara o ilegible.
- Mostrar lentitud al escribir.
- Tener problemas para organizar el texto en la hoja.
- Sentirse frustrados porque sus ideas no se reflejan en el papel.
👉 Es importante recordar que la disgrafía no refleja bajo nivel de inteligencia. El pensamiento del niño puede ser brillante, pero la escritura es su obstáculo.
🔍 Señales que pueden detectarse en el aula y en casa
- Letra desproporcionada (muy pequeña, muy grande).
- Dificultad para mantener el renglón.
- Esfuerzo físico visible al escribir (agarre muy tenso, cansancio en la mano).
- Ortografía caótica a pesar de conocer las normas.
- El niño evita tareas de escritura o tarda mucho en completarlas.
🛠️ Estrategias para enseñar a escribir con disgrafía
- Fortalecimiento de la motricidad fina
- Juegos de ensartar cuentas, usar pinzas o plastilina.
- Dibujar líneas, bucles o espirales antes de pasar a letras.
- Materiales adaptados
- Lápices ergonómicos o con adaptadores de agarre.
- Papel con renglones anchos o guías visuales.
- Uso de pizarras magnéticas o marcadores que faciliten el trazo.
- Dividir la tarea en pasos cortos
- Primero trazar letras aisladas.
- Después sílabas y palabras.
- Finalmente, frases completas.
- Tecnología como aliada
- Programas y apps para practicar caligrafía digital.
- Uso del teclado o dictado por voz como apoyo en tareas largas.
- Refuerzo positivo constante
- Valorar el esfuerzo, no solo el resultado.
- Celebrar logros (escribir su nombre de forma clara, completar un párrafo).
🧑🏫 Consejos prácticos para docentes
- Ofrecer más tiempo en exámenes escritos.
- Priorizar la expresión de ideas frente a la forma de la letra.
- Permitir presentaciones orales o con apoyo digital.
- Sentar al alumno en un lugar con menos distracciones, cerca del docente.
- Incluir actividades gráficas y kinestésicas en la rutina diaria.
👨👩👧 Estrategias para familias en casa
- Incorporar juegos de escritura sin presión (dibujar, escribir cartas, diarios).
- Establecer rutinas cortas de práctica (5-10 minutos al día).
- Usar trazados con relieve o arena para que las letras se sientan con distintos sentidos.
- Evitar frases como “escribe más bonito”: el refuerzo debe centrarse en “estás mejorando”.
🔗 Recursos útiles
- Fundación CADAH: guía práctica sobre disgrafía y estrategias de apoyo → Fundación CADAH
- Materiales descargables de grafomotricidad en ARASAAC
💡 Mensaje final
Enseñar a escribir a un niño con disgrafía requiere paciencia, constancia y creatividad. No se trata de forzar la letra perfecta, sino de ayudar al niño a expresar sus ideas, reducir la frustración y encontrar herramientas que le permitan aprender en igualdad de condiciones.