Actividades de integración sensorial para niños con TEA: guía técnica y práctica 2025

Introducción

La mayoría de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) presentan alguna alteración en el procesamiento sensorial (Baranek et al., 2013). Esto puede traducirse en hipersensibilidad (rechazan texturas, sonidos, luces) o hiposensibilidad (buscan estímulos intensos como movimiento constante).

La Integración Sensorial (IS), modelo desarrollado por la terapeuta ocupacional Jean Ayres en los años 70, propone actividades planificadas que estimulan los sentidos para mejorar la autorregulación, la atención y la participación funcional en contextos cotidianos.


¿Por qué trabajar la integración sensorial en TEA?

  • Ayuda a disminuir conductas de evitación ante estímulos.
  • Favorece la autorregulación y reduce crisis de ansiedad.
  • Mejora atención y aprendizaje escolar.
  • Promueve habilidades motoras finas y gruesas.
  • Aumenta la autonomía en la vida diaria.

Principios de la intervención sensorial

  1. Experiencias estructuradas y controladas por el adulto.
  2. Actividades multisensoriales, que integren más de un estímulo.
  3. Juego placentero como vehículo principal del aprendizaje.
  4. Progresión gradual: del estímulo más simple al más complejo.
  5. Individualización absoluta: cada niño responde distinto.

Ejemplos de actividades por sistema sensorial

Sistema táctil

  • Cajas sensoriales con arroz, arena, legumbres o espuma de afeitar.
  • Taller de plastilina: amasar, cortar, aplastar.
  • Pintura con manos o pinceles de diferentes texturas.

Sistema vestibular (equilibrio y movimiento)

  • Columpios adaptados.
  • Juegos de rodar en colchonetas.
  • Saltos en cama elástica pequeña.

Sistema propioceptivo (percepción corporal)

  • Juegos de empujar y arrastrar objetos pesados (cajas, cojines).
  • “Burritos de manta”: enrollar al niño en una manta de forma controlada.
  • Ejercicios de presión profunda con pelotas grandes (rodarlas suavemente sobre su cuerpo).

Integración visual y auditiva

  • Linternas y luces suaves para atención visual.
  • Juegos de imitación rítmica con instrumentos sencillos.
  • Clasificación de sonidos (animales, transportes, etc.).

En la escuela

Los docentes pueden incorporar actividades sensoriales cortas:
• Rincones sensoriales con materiales seguros y accesibles.
• Pausas activas de movimiento cada 30-40 minutos.
• Herramientas de autorregulación en clase: cojines con peso, pelotas antiestrés, auriculares para reducir ruido.


En casa

Las familias pueden integrar estas dinámicas en el día a día:

  • Hacer “masajes de presión profunda” suaves antes de dormir para relajar.
  • Cocinar juntos, usando amasar y remover como estímulos táctiles.
  • Jugar a “circuitos caseros” con cojines, mantas y túneles improvisados.

En terapia ocupacional

Los terapeutas diseñan planes específicos:

  • Evaluación con herramientas estandarizadas (Sensory Profile).
  • Sesiones en salas de integración sensorial equipadas con columpios, rampas, rodillos.
  • Entrenamiento paralelo a padres para replicar ejercicios en casa.

Precauciones importantes

  • No todas las actividades son adecuadas para todos los niños: se debe observar la reacción y ajustar intensidad o duración.
  • Evitar la sobreestimulación: demasiado ruido, luz o movimiento pueden provocar crisis.
  • La integración sensorial no sustituye al resto de intervenciones (logopedia, apoyo pedagógico), sino que las complementa.

Caso aplicado

Sofía, 7 años, con TEA e hipersensibilidad auditiva, no toleraba comer en el comedor escolar. La terapeuta ocupacional trabajó exposición progresiva a sonidos mediante grabaciones suaves y auriculares con control de volumen. Tras meses, logró incorporarse al comedor con protección parcial de ruido y anticipación visual (pictogramas de menú).


Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo al día se recomienda?
Sesiones cortas (10-20 min) varias veces al día son más eficaces que una sesión larga.

¿Solo funciona en entornos terapéuticos especializados?
No, aunque las salas sensoriales son ideales, muchas actividades pueden repetirse en casa y escuela con materiales simples.

¿Es una terapia reconocida?
Sí, está avalada por la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (AOTA), aunque los programas deben estar siempre dirigidos por profesionales cualificados.


Recursos en español


Conclusión

Las actividades de integración sensorial en niños con TEA son mucho más que juegos: representan una vía terapéutica que organiza percepciones, calma emociones y facilita aprendizajes. Al integrar estrategias en casa, escuela y consulta, los niños encuentran un entorno menos hostil y más predecible, lo que les permite participar activamente en la vida social y escolar.

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