Supo una comadreja de que en un corral había unas gallinas enfermas, y disfrazándose de médico, cogió los instrumentos del oficio y se acercó al gallinero. Ya en la puerta, preguntó a las gallinas que cómo les iba con su salud.
-¡Mucho mejor si tú te largas!- le respondieron.
Si somos precavidos, podremos descubrir las falsas poses de los malvados.