Introducción
La adolescencia supone un reto académico mayor: lecturas densas, exámenes largos, necesidad de redactar ensayos y gestionar tiempos. Para los adolescentes con dislexia, estas demandas se intensifican porque la lectura y la escritura siguen siendo áreas de dificultad.
La dislexia no desaparece con la edad, pero con las estrategias adecuadas se pueden minimizar sus efectos y permitir que el estudiante desarrolle confianza y eficiencia. Este artículo ofrece un manual práctico de técnicas de estudio, especialmente pensadas para alumnos de secundaria y bachillerato.
Disfam – Asociación Internacional de Dislexia y Familia
Capítulo 1: Organización y planificación del estudio
👉 La primera técnica no está en los libros, sino en la agenda del tiempo.
- Agenda visual: usar colores para cada materia.
- Tablero semanal: colocar exámenes y trabajos en un mural grande.
- Estudio por bloques: sesiones de 25 minutos + 5 minutos de descanso (técnica Pomodoro).
- Checklist diario: marcar logros alcanzados para visualizar avances.
💡 Ejemplo práctico: Marta, 15 años, divide la tarde en 4 bloques de 25 minutos (matemáticas, historia, descanso, repaso de lengua). Al final del día, revisa con su madre qué casillas tachó.
Capítulo 2: Estrategias de lectura
Lectura activa con apoyos
- Usar lectores digitales (text-to-speech) para escuchar los textos mientras sigue con la vista.
- Subrayar palabras clave con colores diferenciados.
- Reescribir frases difíciles en lenguaje sencillo.
Lectura compartida
- Turnarse con un compañero o familiar.
- Grabar lecturas breves para repetir varias veces.
Lectura anticipada
- Revisar títulos, subtítulos, negritas y esquemas antes de leer. Esto crea un mapa mental previo.
Capítulo 3: Apuntes efectivos
👉 Para un adolescente disléxico, copiar largos párrafos es agotador.
- Mapas mentales: jerarquizar conceptos en diagramas visuales.
- Esquemas con iconos: asociar palabras con símbolos y colores.
- Tarjetas de estudio: palabra + imagen por un lado, definición corta por el otro.
- Apps de organización (Notion, OneNote, Quizlet).
💡 Tip docente: ofrecer apuntes ya resumidos para que solo complementen, en vez de copiar todo.
Capítulo 4: Técnicas de memorización adaptadas
- Historias y asociaciones: convertir fechas o conceptos en relatos.
- Método loci: ubicar ideas en diferentes habitaciones mentales.
- Canciones o ritmos: crear melodías para recordar fórmulas.
- Juego de roles: dramatizar aprendizajes (ej. actuar como personaje histórico).
Capítulo 5: Redacción y escritura
👉 Redactar largos textos es una gran carga para la dislexia.
- Dictado a voz: usar apps de speech-to-text (Google Docs, Microsoft Word).
- Plantillas de ensayos: (Introducción – Desarrollo – Conclusión) con guías visuales.
- Bullet points antes de escribir: anotar ideas clave y luego expandirlas.
- Corrección digital: uso de correctores ortográficos con supervisión.
Capítulo 6: Preparación para exámenes
- Solicitar tiempo adicional en pruebas.
- Dividir el examen: responder primero lo más fácil.
- Leer preguntas en voz alta con software de apoyo.
- Practicar con simulacros cortos para reducir ansiedad.
- Usar notas visuales pegadas con palabras clave antes del examen.
Capítulo 7: Estrategias emocionales
- Recordar que la dislexia no define inteligencia.
- Uso de técnicas de relajación previas al estudio (respiración 4-4-6).
- Refuerzo positivo tras cada logro.
- Grupos de apoyo con otros adolescentes con dislexia.
Ejemplo de rutina diaria de estudio para adolescentes con dislexia
- 15:30 – 16:00 → Lectura de historia con audio + subrayado de palabras clave.
- 16:00 – 16:30 → Esquema visual de lo leído.
- 16:30 – 16:45 → Pausa activa.
- 16:45 – 17:15 → Resolución de problemas matemáticos en pasos de colores.
- 17:15 – 17:45 → Resumen de biología con mapa mental.
- 17:45 – 18:00 → Repaso de vocabulario con tarjetas.
👉 Con descansos regulares y técnicas visuales, el aprendizaje fluye mejor.
British Dyslexia Association – Study Skills
Las técnicas de estudio para adolescentes con dislexia deben ser visuales, auditivas, estructuradas y realistas.
No se trata de que estudien más horas, sino mejor, con herramientas que reduzcan la carga de lectura y escritura, y potencien comprensión y memoria.
Con estas estrategias, los adolescentes se sienten más autónomos, seguros y capaces de alcanzar metas académicas y personales.