Puede parecer una idea estupenda salir corriendo y cepillarse los dientes tan pronto como se haya comido, pero dependiendo de lo que se acaba de consumir, ¡puede ser lo peor para sus perlas!
Los ácidos de los alimentos y bebidas cítricas, el vinagre, los tomates y los refrescos, por ejemplo, causan una erosión química natural en la superficie de los dientes. Esto también ocurre cuando tienes algo alto en azúcar. La placa o bacteria en tu boca, convierte los azúcares en ácidos para crear más daño a tus dientes.
La saliva ayuda a neutralizar el pH en la boca, pero cuando este nivel cae por debajo de un nivel de pH de 5-5,2, los minerales son extraídos del diente y es necesario dar a la saliva unos 30 minutos para ayudar a neutralizar esto y detener el proceso de desmineralización.
Si te cepillas los dientes mientras están siendo atacados químicamente, tienes muchas más posibilidades de crear aún más erosión. Piensa en verter ácido en una encimera y dejarla durante 2 minutos, o frotarla durante 2 minutos. ¿Qué crees que causará aún más daño? Pues , lo mismo va para tus pobres dientes.
Intenta limitar tus azúcares y ácidos a las horas de las comidas para que los dientes pasen más tiempo remineralizando durante el día, que desmineralizando.
El mayor culpable es a menudo las ensaladas de frutas en el desayuno, y el zumo de naranja. Si sabes que vas a tomar esto y tienes que apresurarte y cepillarte , mejor cepíllate primero y aclara con enjuague bucal después. Si no tienes bacterias en la boca antes de comer, no tienes nada para aprovechar de lo que estás tomando.
Merienda de yogures, nueces y queso, por ejemplo, entre comidas. Intenta no sentarte a tomar café y azúcar con galletas de una comida a otra, o comer naranjas todo el día, y los refrescos son un asesino de tus dientes, aunque sólo sea gaseosa. Intenta limitar la cantidad de refrescos que consumes a una lata al día……y recuerda, ¡todo es cuestión de moderación!
