Un hombre se detuvo cerca de un jardinero que trabajaba con sus legumbres, preguntándole por qué las legumbres silvestres crecían lozanas y vigorosas, y las cultivadas flojas y desnutridas.
-Porque la tierra-repuso el jardinero-, para unos es dedicada madre y para otros descuidada madrastra.
Del interés que se ponga en un asunto, así se desarrollará y así será el fruto que se recoja.