El asno y el caballo

 

Un asno suplicó a un caballo que le regalara una pequeña parte de lo que estaba comiendo.

–Sí, dijo el caballo; si algo queda de lo que estoy comiendo ahora, se lo daré por mi propia dignidad superior, y si usted viene cuando yo esté en mi puesto por la tarde, le daré un pequeño saco lleno de cebada.–

El asno contestó,

–Gracias. Pero no puedo pensar que usted, que me rechaza un poquito de su comida ahora,  me proporcionará más tarde un mayor beneficio.–

 

Las promesas de los altaneros y mentirosos nunca son de confiar.

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