Cómo los padres podemos disfrutar del juego con nuestros hijos

Padres en el mundo de los juegos de los niños

A veces la vida con niños parece una larga sucesión de tareas. Los padres lamentamos que el tiempo en familia se reduzca a tareas domésticas en lugar de divertirse juntos. Y sin embargo, la diversión siempre nos espera en el mundo mágico del juego. Los niños pequeños tienen la llave y, si entramos con ellos, podemos hacer descubrimientos placenteros, al mismo tiempo que fortalecemos los lazos en la familia.

 

Otra perspectiva en el tiempo.

 

Mientras que los adultos muchas veces estamos preocupados por el pasado o por la planificación para el futuro, los niños cuando  juegan,  viven en el presente. Se dejan seducir por los colores del arco iris en una mancha de aceite en un charco de agua, cuidando poco la puntualidad, para llegar a su destino a la hora programada. Esta actitud puede frustrar a los padres. Pero por otro lado, reducir la velocidad al ritmo de un niño tiene ventajas: en el corazón; por varias técnicas de reducción del estrés, y se encuentra la concentración en el momento presente. Por supuesto, algunas actividades son necesarias. Pero si pudiera darse el lujo de dejar de lado su lista de cosas que hacer, … aunque sea por un tiempo muy corto.

 

Una preciosa complicidad

 

En el juego, los padres y los niños se conocen de una manera diferente, construyendo una nueva complicidad. La risa compartida y las sonrisas forman una base sólida cuando muchas otras fuerzas parecen dividir a las familias.

 

Las alegrías simples

 

A menudo son los juegos muy simples los que acercan a los niños a sus padres. Juntos, pueden revivir los placeres de su propia infancia … o hacer lo que no podían hacer cuando eran jóvenes. Mientras juegan, los adultos se permiten hacer cosas (como saltar en la calle cantando en voz alta) que, sin la presencia de niños, parecería extraño . Aquí hay algunas sugerencias que puede adaptar según la edad de sus hijos:

 

  • Jugar al cuco con un bebe
  • Monta una torre de cubos y ríete cuando se caigan.
  • Caminar bajo la lluvia y vadear en charcos
  • Poner una manta sobre una mesa para ver qué será de ella… (una cueva de osos, un castillo secreto …)
  • Hacer juntos, títeres de papel y crear una obra de teatro.
  • Hacer un picnic de invierno en una manta en la cocina de casa
  • Recoger piedras y guijarros bonitos
  • Siéntate en el parque y observa los pájaros y las nubes
  • Salir a caminar por la noche en verano

 

Musica y baile

Si tiene problemas para silenciar la pequeña voz en su cabeza que insiste en que «realmente tiene cosas más importantes que hacer», intente trabajar con música o bailar. La música y el movimiento involucran diferentes regiones del cerebro y proporcionan una relajación especial para padres e hijos.

Cante las canciones de su juventud (canciones de cuna, o canciones favoritas de su familia).
Si no puedes recordar canciones, pide prestados libros y cd´s y aprende algunas de ellas.
Los medios de reproducción  no sustituyen tu voz. Si no quieres cantar solo, al menos acompaña la cinta. Con los niños como público, puedes descubrir talentos ocultos.
Ponga la música que le guste, desde el barroco hasta el hip-hop, y camine por la sala bailando con sus pequeños. (A los mayores también les gusta…)

La risa que cura

¡Si te sientes un poco ridículo mientras juegas, ríete! La risa relaja el cuerpo y libera emociones. Algunos terapeutas recomiendan treinta minutos de risa al día como una cura para el estrés. Al abrir otra perspectiva, el humor desdramatiza los momentos de conflicto y tensión.

Una actitud juguetona

Con la práctica, podrás seguir jugando mientras haces algunas de las tareas de tu lista de trabajos pendientes. Clasificar el lavado puede convertirse en un juego. El momento de ir de compras va más rápido cuando inventas canciones divertidas. En el mundo del juego, la carga de la vida cotidiana parece más liviana y los padres y los niños renuevan sus relaciones.

 

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