Lidiar con las rabietas en los niños
En los niños , la impulsividad se manifiesta de muchas maneras diferentes. Y pueden tener rabietas. Hay muchas razones por las cuales los niños tienen estos momentos impulsivos. Por ejemplo, «para muchos no hay una comprensión interna de más adelante. Es ahora o ahora «. Les cuesta mucho dejar sus deseos y necesidades en espera. Pero los padres tenemos que educarlos, y debido a que son niños, también tienen que aprender a calmarse o expresar sus necesidades y emociones de manera adecuada.
En algunos niños, una pequeña decepción se convierte en el «fin del mundo» y nada parece detenerlo, llegando a obsesionarse con sus «intensas necesidades de ese momento».
También pueden sentirse abrumados por eventos externos, como demasiado ruido o la emoción en una fiesta … Combinados, estos síntomas hacen que sea muy difícil mantener la calma cuando están bajo estrés o cuando se sienten temerosos o ansiosos.
Cuando su hijo tiene una rabieta, especialmente en público, puede ser difícil para usted saber cómo responder. Algunos padres dudan y vacilan de un extremo a otro, desde aplacar a su hijo y ceder hasta castigarlos y enfadarse.
Pero aunque parezca imposible, puedes «navegar por el camino rocoso de las rabietas». Seguidamente se sugieren algunas estrategias para prevenir las rabietas en los niños.
1. Señalar e identificar la fuente.
Cuando puede encontrar la fuente de la conducta, usted puede dar pasos para cambiarla. Saber qué desencadena a su hijo, puede ayudarle a calmar sus berrinches lo antes posible. Por ejemplo, ¿su hijo tiene hambre? ¿Están experimentando emociones fuertes? etc.. Una vez que identifique el problema subyacente, intente resolverlo.
2. Explique las consecuencias por adelantado.
Antes de que comience la rabieta, intente hablar con su hijo sobre las consecuencias negativas de las malas conductas. Por ejemplo: «Si gritas y lloras apago la televisión, y no podrás verla más tarde».
Esto, por supuesto, puede no funcionar para todos los niños, pero siempre es bueno planear con anticipación y tener un resultado que todos «entiendan».
3. Hable con su hijo y anímelo a que responda.
Hable con calma y en voz baja con su hijo, y reconozca sus sentimientos. Al hacerlo, su hijo se siente escuchado.
Por ejemplo, podrías decir: «Sé que estás enfadado por no comprarte ese juguete hoy».
4. Distraiga a su hijo.
Para los niños más pequeños, la distracción puede funcionar. Habla de algo completamente diferente, como lo emocionado que estás de ver el programa de televisión , cuando lleguen a casa.
5. Dar un tiempo de espera.
A veces, nada parece funcionar, no importa lo que intentes. Cuando eso suceda, explique con calma que tendrán que ir a su habitación. Podrá salir después de que se hayan calmado. Esta es una forma poderosa de aprender comportamientos calmantes. Debido a esto, es importante tener los objetos que promueven confianza y tranquilidad, como un oso de peluche o juguetes fidget.
6. Ignorar la rabieta.
A veces, la mejor acción ante un berrinche es no tener reacción . Eso se debe a que incluso la atención negativa es atención, y da una «recompensa» al comportamiento. Por lo tanto, no darle a su hijo una «audiencia» podría ayudar a disminuir el tiempo o la longitud de la rabieta.
7. Hacer recordatorios.
Algunos niños tienen dificultades con las transiciones. Pueden tener un colapso cuando es hora de abandonar el patio de recreo o dejar de jugar su videojuego para cenar. Las cosas que son placenteras son difíciles de detener, especialmente cuando la transición es hacia una actividad que tal vez no sea tan divertida como la que hay que terminar de hacer.
Para estos momentos los recordatorios son la clave. Por ejemplo, recuérdele a su hijo a intervalos de 30, 15, 10 y 5 minutos que la cena está lista. Además, establecezca las consecuencias adecuadas si no se cumplen, como no jugar videojuegos después de la cena o jugarlos durante 15 minutos en lugar de 30 la próxima vez.
8. Elogie a su hijo cuando muestre autocontrol.
Los niños responden bien al refuerzo positivo. En lugar de decir: «Eres un buen chico por no enfadarte cuando te dije que no al helado», una mejor respuesta sería: «Debes sentirte realmente orgulloso de ti mismo al no tener una rabieta cuando viste que nos quedamos sin galletas, ¡buen trabajo!
9. Evita los castigos corporales.
Es una reacción normal de un padre enfadarse cuando ve a su hijo tirado en el suelo, pataleando y gritando. Pero un castigo físico solo alimenta la situación negativa y empeora las emociones de todos. El castigo corporal puede desactivar el comportamiento temporalmente, aunque generalmente aumentará el comportamiento negativo.
Tratar con rabietas es difícil. Pero puede desactivarlas al planear con anticipación, mantener la calma y aplicar estrategias específicas. Y si el berrinche no se calma, trata de aguantarlo.
PlazaToy
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