Un príncipe busca a una princesa para casarse. Pero cada vez que se encontraba con una, algo salía mal y no lograba encontrar una alianza adecuada. Una tarde, había una gran tormenta y una joven, completamente empapada, toca a la puerta. Ella buscaba refugio en el castillo del príncipe.
La joven dice ser una princesa y le pide al rey y a la reina que le permitan pasar la noche en el castillo. Como su apariencia es desarreglada de angustia y cansancio, nadie le cree.
De mala gana, la reina permite que la joven descanse en su castillo. Pero para probar si la joven es una verdadera princesa, la reina decide colocar un guisante debajo del colchón de la cama de invitados. A la joven se le ofrece una cama, que está cubierta con 20 colchones enormes y con el guisante en la parte inferior.
A la mañana siguiente, la reina le pregunta a su invitada si ha dormido bien. La joven narra lo desvelada que pasó su noche ya que algo muy duro debajo del colchón la mantuvo despierta toda la noche.
El príncipe está encantado porque ha encontrado una verdadera princesa. Ya que solo una verdadera princesa experimentaría tal dolor a pesar de tener 20 colchones de plumas colocados encima del guisante. El príncipe y la princesa se casaron y vivieron felices para siempre.