Hace mucho tiempo hubo una princesa que vivía en el reino de Brumalk. Un día ella se encontró un anillo en su jardín y le preguntó a su padre sobre hallazgo. Él le dice que el anillo le daría cinco poderes mágicos: la capacidad de dormir tranquilamente, hacer fuego sin pedernal, la capacidad de cultivar cualquier cultivo, hacer que llueva sin nubes y, por último, un poder, que también era el más especial, La capacidad de cantar como una sirena encantada.
La princesa disfrutaba cantando y amaba más su último poder. Ella creía que su voz algún día haría que un príncipe se enamorara de ella.
Un día, una bruja lanza un hechizo sobre el reino que tuvo efectos adversos en todos, excepto en la princesa. La bruja saquea los cultivos, la lluvia, el sol y todo del reino.
La princesa está decepcionada de ver su reino en caída y decide usar sus cinco poderes para salvar su tierra natal y su gente. Se le ocurre una idea para cantar día y noche. Nada podría detenerla de cantar.
Después de casi un año entero de canto, el reino se libera del hechizo mortal. Pero de esto resulta la desintegración de la princesa. Ella sacrifica su vida por su pueblo y el reino.
