La Gallina de los Huevos de Oro – cuentos infantiles

[vc_row][vc_column css=».vc_custom_1502529981371{margin-top: 0px !important;padding-top: 0px !important;padding-right: 35px !important;}» offset=»vc_col-lg-9 vc_col-md-12″][vc_column_text]Había una vez un granjero al que le gustaba mucho el dinero.

Todo lo que ganaba vendiendo los huevos de sus gallinas lo guardaba en un calcetín que tenía bien escondido.

-¡No puedo aguantar más, quiero hacerme rico ya!, decía el granjero.

Una mañana, mientras se encontraba recogiendo los huevos de sus gallinas, se llevó una gran sorpresa y es que una sus gallinas había puesto un huevo de oro.

 

-¡Pero que es esto! ¡Si se trata de un huevo de oro! ¡Me voy a hacer rico rápidamente!.

Acarició a su gallina y cogió el huevo de oro. Y acto seguido fue a la ciudad para venderlo en un joyería.
Nunca había visto tanto dinero junto. Como el resto, lo guardo dentro de su calcetín donde metía el dinero.

Al día siguiente se levantó impaciente para ver si su gallina había vuelto a poner otro huevo de oro y efectivamente así fue.
Hizo lo mismo del día anterior, vendió el huevo y guardó su dinero en el calcetín.

Entonces dijo en voz alta:
-Y por qué tengo yo que esperar hasta mañana para recoger otro huevo. ¡quiero hacerme rico ya!

chicken laying golden eggs

La gallina lo miraba sin entender lo que decía.

El granjero cogió una silla y se sentó junto a la gallina a esperar.
Pasaban las horas y la gallina seguía sin poner ningún huevo más.
Cuando se canso dio un salto de la silla y le grito a la gallina:
-¡Qué te pasa gallina tonta, por qué no pones más huevos de oro!.

Pero la gallina seguía picoteando el grano sin hacerle mucho caso.

Siguió allí hasta altas horas de la noche, pero no había ningún nuevo huevo.
Entonces el granjero tuvo una idea.
-Si la gallina pone huevos de oro, será porque por dentro este hecha toda de oro.
Decidió que lo mejor era matarla para coger todo el oro de dentro.

 

huevos de oro

 

Pero cuando abrió a la gallina no encontró nada de oro dentro.

El granjero se sentó en el suelo y empezó a llorar.
-He matado a la gallina de los huevos de oro, he matado a la gallina de los huevos de oro.

«La avaricia rompe el saco»
La moraleja es que hay que saber esperar en la vida y no ser tan avaricioso.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

 

 

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