Jugar…
Suceden muchas cosas cuando un niño se pone a jugar, un sinfín de mecanismos, biológicos, psicológicos y sociales se ponen a funcionar durante el juego. Los más pequeños se están levantando, bajando, mirando, saltando, ocultando, construyendo, derribando, y más. Los niños están ocupados cuando están jugando. Y, más que eso, es que están aprendiendo. Ellos están aprendiendo los conceptos científicos clave, como lo que se hunde y flota; conceptos matemáticos, incluyendo cómo equilibrar bloques para construir una torre; y las habilidades de alfabetización, como probar nuevas habilidades de vocabulario o de narración: como cuando los niños «actuan» con diferentes roles en juegos de simulación. El juego es la verdadera obra de la infancia.
Y cuando sus hijos jueguan con ustedes, sus padres, también están aprendiendo algo estupendo, que son amados e importantes y que es divertido estar alrededor de ellos con amigos o en familia. Estas habilidades socio-emocionales les dan la autoestima y la auto-confianza que necesitan para continuar la construcción de relaciones de amor y de apoyo a lo largo de sus vidas.
