Un perro dormido en un pesebre lleno de heno, fue despertado por el ganado, que entró cansado y hambriento de trabajar en el campo. Pero el Perro no les permitió acercarse al pesebre, y gruñó y chasqueó como si estuviera lleno de la mejor carne y huesos, todo para él.
El ganado miró al perro con disgusto. «¡Qué egoísta es!», Dijo uno. «¡No puede comer el heno y, sin embargo, no nos deja comerlo a quienes tenemos tanta hambre!»
En ese momento entró el granjero. Cuando vio cómo estaba actuando el perro, lo sacó del establo con por su comportamiento egoísta.
No quites a otros lo que tu no puedes disfrutar.
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