Gritaba un día una rana desde su pantano a los demás animales:
— ¡Soy médico y conozco muy bien todos los remedios para todos los males!
La oyó una zorra y le reclamó:
— ¿Cómo te atreves a anunciar ayudar a los demás, cuando tú misma cojeas y no te sabes curar?
Nunca proclames ser lo que no puedes demostrar con el ejemplo.