Se encontró un lobo con un corpulento perro sujeto por un collar, y le preguntó:
— ¿Quién te ha encadenado y quién te ha alimentado de esa forma?
— Mi amo, el cazador — respondió el perro.
— ¡Que los dioses nos libren a los lobos de semejante destino! Prefiero morir de hambre a tener que cargar tan pesado collar.
Vale más el duro trabajo en libertad, que el placer en esclavitud.