El asno y su sombra

 

Un viajero alquiló un Asno para llevarle a un lugar distante.

Estando el día sumamente caliente, y el sol brillando con  fuerza, el viajero se paró para descansar, y buscó refugio del calor bajo la sombra del asno.

Como esto solamente permitía protección para una persona, tanto el viajero como el dueño del asno reclamaron dicha sombra, y una disputa violenta se levantó entre ellos en cuanto a decidir cuál de los dos tenía el derecho.

El dueño mantuvo que él había alquilado sólo al asno, y no a él con su sombra.

El viajero afirmó que él, con el alquiler del asno, había alquilado su sombra también.

La pelea progresó de palabras a golpes, y mientras los hombres lucharon, el asno galopó lejos.

 

El egoísta siempre termina sin nada.

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