Tres tipos comunes de deficiencia auditiva y sus efectos

 

La pérdida de audición es una de las causas de discapacidad más comunes que afectan a personas de todas las edades. De acuerdo con las últimas estadísticas(www.ine.es), uno de cada 10 adultos sufre pérdida de audición y un porcentaje (alrededor del 1) de  bebés nacen sordos cada año.

La pérdida de la audición es muchas veces  una discapacidad que afectará  a las personas más adelante en sus vidas y con más probabilidad en la tercera edad.

Sin embargo, también hay muchos casos en que la pérdida de audición en niños ocurre durante la infancia o al nacer.

La forma en que vivimos  puede afectar en gran medida si sufriremos o no una pérdida auditiva. Por lo tanto, es extremadamente importante proteger siempre sus oídos y tomar precauciones para que no se convierta en un número en esta estadística.

Existen tres categorías comunes de pérdida de audición. El primero se llama pérdida auditiva conductiva, donde los sonidos débiles o apagados no se pueden escuchar debido a un bloqueo en el canal auditivo externo. Esto puede ocurrir por daño a los pequeños huesos  dentro del oído medio o incluso a la acumulación de cera. La pérdida de audición conductiva por lo general se puede corregir con cirugía. La pérdida auditiva neurosensorial tiene lugar cuando se hace daño a las terminaciones nerviosas que conducen al cerebro o a la cóclea dentro del oído interno. Este tipo de daño puede ocurrir debido a una enfermedad, lesión o incluso medicamentos. Este tipo de pérdida de auditiva no se puede corregir con un procedimiento quirúrgico. Una pérdida de audición mixta ocurre cuando hay una lesión tanto en el oído externo como en el interno.

Algunas causas de pérdida auditiva en adultos pueden ser: La infección y/o la enfermedad pueden llevar a una pérdida de audición, así como  ciertos traumas y medicamentos en la región de la cabeza. La gente suele asociar la pérdida repentina de audición con la exposición a ruidos fuertes en el trabajo o al escuchar música, pero no siempre es así. La enfermedad de Meniere afecta a la membrana del oído interno y se distingue por un zumbido en el oído, vértigo o sordera. La otoesclerosis es una enfermedad que afecta la parte media del oído e interrumpe el movimiento de un hueso diminuto, llamado estribo. La pérdida de auditiva repentina puede ocurrir cuando usted está expuesto a algún tipo de trauma, como un cambio repentino en la presión del aire o incluso un tímpano roto. Los niveles de ruido también pueden provocar una pérdida significativa de audición si se está expuesto a niveles altos durante un período prolongado de tiempo.

La pérdida de audición en los niños puede ser una situación aún más grave. Muchos niños sufren de otitis media, una condición en la cual el oído interno se inflama debido a una acumulación de líquido. Sin embargo, esto se puede curar en poco tiempo. Otras afecciones, como la pérdida auditiva congénita en niños, pueden ser más permanentes. Este problema puede incluso tener algunos factores externos que lo desencadenan, como el nacimiento prematuro o la toxemia. La diabetes materna podría incluso ser una causa que contribuya a la pérdida auditiva congénita.

Aunque muchas personas sufren pérdida de audición, hay formas de evitarla. El primer paso es visitar a un profesional de la audición u otorrino, para realizar un diagnóstico. Si ha habido una disminución gradual en los niveles auditivos  durante un largo período de tiempo o se ha producido un caso de pérdida repentina de audición, un médico otorrino puede sugerir audífonos u otros remedios para ayudarlo a lidiar con el problema. Incluso los niños que sufren pérdida de audición pueden beneficiarse de estos instrumentos. Asegúrese de cuidar su audición antes de que sea demasiado tarde.

 

Protéjase a través de una prueba de audición

Las personas a veces no tienen idea de que sufren pérdida auditiva hasta que se les realiza una prueba. Con las pruebas de audición, puede descubrir si padece pérdida  y determinar qué tipo de pérdida de audición tiene. Por ejemplo, podría sufrir una pérdida auditiva conductiva o una pérdida auditiva neurosensorial. Con las pruebas  adecuadas, usted y su médico pueden elegir el dispositivo correcto para recuperar la máxima cantidad de audición posible.

Una prueba de audición es una experiencia indolora, pero necesaria, especialmente si trabajas o vives con ruidos extremadamente altos. El primer paso es ponerse en contacto con su  o audiólogo. Las pruebas de audición se realizan en una serie de eventos, comenzando con algunas preguntas sobre su historial familiar. Si tiene familiares que sufrieron pérdida de audición o sordera, existe la posibilidad de que su pérdida  sea genética. Después de hablar sobre la historia familiar, su audiólogo observará dentro de cada oído para ver si hay alguna anomalía en el tímpano.

Una cabina o sala de pruebas de sonido es donde se  colocará para realizar la siguiente parte de su examen de audición. Esta sala proporciona un aislamiento  de ruidos y sonidos externos que le permite captar solo lo que el audiólogo quiere que escuche. No todas las pruebas de audición implicarán una cabina de sonido porque no todos los profesionales de la audición tendrán una en su oficina. Mientras está en la cabina, tendrá audífonos en los oídos y el audiólogo reproducirá una secuencia  en varios tonos para que usted los identifique. Esto se llama la prueba de tono puro. Levantará la mano si escucha el sonido durante esta parte del examen.

El siguiente tipo de prueba de audición que se realiza es con un conductor  colocado directamente detrás de la oreja. Los tonos puros evitan el oído externo y medio para alcanzar directamente la cóclea. Esto ayudará a ver el tipo de daño causado en el oído interno.

Con una prueba de audición, su audiólogo puede averiguar qué tipo de daño auditivo está sufriendo o si tiene  una pérdida auditiva neurosensorial o conductiva. También pueden ver cuánta pérdida de audición ha ocurrido al medir el daño actual. Su médico le mostrará sus resultados en un audiograma y usted podrá ver qué oído tiene más daño, si lo hubiera.

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