PSICOMOTRICIDAD Y MOTRICIDAD

 

¿Es lo mismo?, ¿Existe un conflicto de conceptos?

Queda claro que desde un blog que pertenece a una juguetería no vamos crear una corriente educativa sobre éste tema, por lo que nos limitamos a daros el  enlace para un mayor estudio sobre estos conceptos con los nos podemos confundir, espero os guste el contenido.

niños jugando en playa , ejemplo de mtricidad en los pequeños

De manera esquemática podríamos establecer las siguientes conclusiones:
  • Sólo existe una diferencia sustancial entre Psicomotricidad y Motricidad en la medida en que ambos conceptos se sitúen en los extremos de un continuo donde un polo lo representa el modelo de cuerpo biomecánico y, en el otro, el aparato psíquico representado por funciones que se pretendan de un carácter absolutamente abstracto.
  • Psicomotricidad y Motricidad serán realidades distintas en la medida en que los objetos de estudio de cada una sean diferentes, específicos y exclusivos.
  • Sólo podrán alegarse diferencias entre Psicomotricidad y Motricidad si la única ubicación de cada una de ellas fuera un ámbito distinto: la reeducación, la terapia o la clínica para la Psicomotricidad y, el rendimiento motor, para la Motricidad.
  • Serán realidades conceptuales distintas cuando sus objetivos sean también diferentes para lo cual, de nuevo, habría que identificar la educación física, por ejemplo, exclusivamente con la instrucción deportiva o apelar a una sistematización que distribuya los objetivos de cada una sobre el patrón correspondiente al paradigma dicotómico.
  • Si todas estas circunstancias no fueran ciertas habría que concluir que los rasgos atribuidos a las respectivas identidades han sido determinados por quienes, por otras razones, están interesados en otras reivindicaciones de naturaleza no científica.

 

En resumen, en nuestra opinión, en la actualidad, la Psicomotricidad no constituye otra cosa que la concreción de un determinado modelo basado en el paradigma unitario y globalista que permite entender la intervención en determinadas esferas de la personalidad y, como consecuencia, desarrollar diversas estrategias según cuales sean los ámbitos de aplicación
y, por tanto, los objetivos propuestos.
Aceptado genéricamente este paradigma, no parece existir ninguna razón para que la Psicomotricidad pretenda su uso exclusivo ni para que la comprensión de la Motricidad deba seguir argumentándose desde el paradigma dualista. Una vez establecida la coincidencia paradigmática, al menos conceptualmente, no se encuentra ya contradicción alguna entre
ambas, objetos de estudio diferentes o capacidades de actuación distintas.
Otra cosa será la repercusión de estas conclusiones en la formación inicial de determinados títulos universitarios, que facultativos se muestran interesados en utilizar las posibilidades del movimiento o como conviene distribuir funciones entre los espacios profesionales exclusivos de cada titulado o que ocasiones existen para conformar equipos multiprofesionales que, en cada uno de los ámbitos posibles de actuación, puedan desarrollar las posibilidades de intervención que proporciona el movimiento.
La escasa delimitación conceptual entre Psicomotricidad y educación física ya fue observada por Maigre y Destrooper cuando propusieron sustituir el término “educación psicomotriz” por el de “educación corporal”
.
Así formulado, habría que admitir que la Motricidad y la Psicomotricidad, o mejor las posibilidades de intervención que permite el movimiento, pueden ser utilizadas por distintos facultativos (maestros, psicólogos, profesores de educación física, médicos, etc.), en ámbitos diversos (educación, reeducación, educación especial, terapia, clínica, etc.) y con objetivos, en consecuencia, adecuados a cada ámbito de actuación. Por tanto, al igual que ocurre con otros modelos o técnicas (el psicoanálisis, el conductismo, el cognotivismo, etc.) la propuesta Psicomotriz o la Motricidad no puede ser de uso exclusivo de una sola titulación y, en consecuencia, si requiere una capacitación específica, esta será adaptada a cada caso y propia de la formación de postgrado. Cuestión aparte será preguntarse porqué la Licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte parece conformarse con una aparente autoexclusión de este campo que, como hemos intentado demostrar, es parte sustancial e inevitable de su propio objeto de estudio.

Discapacidad

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