La Verdad y el viajero

 

Un caminante, que viajaba por el desierto, encontró a una mujer que estaba sola y terriblemente abatida. Él le preguntó:

–¿Quién eres?–

–Mi nombre es La Verdad– contestó ella.

–¿Y por cual razón– preguntó él, –abandonas la ciudad para morar sola aquí en el páramo?–

Ella respondió:

–En viejos tiempos, la falsedad era cosa de muy pocos, pero ahora convive con todos los hombres y ya no hay lugar para mí.–

 

Deja entrar a La Verdad a tu corazón y convive felizmente con ella.

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