Cuando la mayoría de nosotros estábamos creciendo, nos enseñaron que los productos lácteos son fuentes ricas en calcio, lo que los hace esenciales para construir huesos fuertes. Se dice que la pérdida de calcio de los huesos causa osteoporosis, que es particularmente frecuente en mujeres posmenopáusicas.
En nuestra sociedad moderna existe la noción de que los productos lácteos son esenciales para el mantenimiento de los niveles de calcio y la prevención de la osteoporosis.
La leche, por otro lado, parece impartir beneficios para fortalecer los huesos que duran mucho más allá de la menopausia, incluso si no la bebes como adulto.
Ahora parece que, al igual que con otros alimentos, la historia de los productos lácteos puede no ser exactamente lo que parecía originalmente. O eso creen algunos expertos.
En un sorprendente estudio sobre la salud ósea, publicado en febrero de 2003, los investigadores de Harvard informaron que no encontraron ningún vínculo entre el alto consumo de calcio, o el consumo de leche, y la fuerza ósea.
Después de rastrear las fracturas de cadera y los hábitos alimenticios en 72,337 mujeres durante 20 años, no encontraron una correlación entre el consumo de más de 700mg de calcio al día y los huesos más fuertes. Sin embargo, sí que encontraron un vínculo entre una mayor ingesta de vitamina D y un menor riesgo de fracturas.
Este estudio, no llega a la conclusión de que cuanta más leche beba en la infancia, más beneficios recibirá. Pero muestra claramente que beber leche mientras sus huesos están creciendo paga grandes dividendos más adelante, cuando está tratando de salvarlos.
«Los niños que ignoran la antigua orden de los padres de’ beber leche! puede que viva para lamentarlo. Los nuevos hallazgos muestran que las mujeres mayores de 50 años que bebieron menos de un vaso de leche al día como las niñas tienen una densidad ósea significativamente menor y el doble del riesgo de fracturas en comparación con las que bebieron un vaso o más al día. También parece que no hay daños pasados: en el estudio, el riesgo agregado existía sin importar cuánta leche bebieron las mujeres cuando eran adultas o cuánto calcio tomaron. La infancia y la adolescencia son etapas clave del desarrollo óseo y requieren una ingesta suficiente de calcio. Los suplementos de calcio tomados durante esos años ayudan, pero hay que seguir tomándolos para mantener los beneficios.